He elegido los siguientes ámbitos, porque considero que todos ellos representan realidades sociales complejas y vulnerables, donde el papel de los educadores/as sociales son , no solo necesarios, sino transformadores.
La educación , tanto formal como informal considero que es la herramienta principal para empoderar a las personas, fomentar la participación activa y transformar realidades que son injustas.
He incluido la violencia de género porque considero fundamental trabajar desde la prevención, la sensibilización y el acompañamiento de las víctimas, especialmente en contextos educativos y comunitarios.
La inmigración y la diversidad funcional creo que representan otros dos espacios clave donde se debe garantizar el respeto a los derechos humanos, la equidad y la integración social.
Desde mi punto de vista se debe incluir los ámbitos de salud mental y adicciones , ya que actualmente existe una creciente necesidad de acompañamiento emocional, educación en autocuidado y prevención de conductas de riesgo. El educador/a social puede actuar como un referente positivo, generando espacios seguros de escucha y orientación.
Por otro lado creo que tanto las personas mayores como aquellas que viven situaciones de pobreza o exclusión social requieren una mirada educativa que valore su dignidad y que les permita participar plenamente en la vida comunitaria.
Por último, la infancia y adolescencia es, sin duda, uno de los pilares de la intervención socioeducativa, ya que es en estas etapas donde se construyen los principios del desarrollo personal, social y emocional.
En conjunto, estos ámbitos reflejan un compromiso con la justicia social, la igualdad de oportunidades y el desarrollo humano, valores fundamentales del trabajo del educador/a social.
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